La pandemia que tiene detenido al mundo nos ha afectado a todos, y el deporte no es la excepción, ya que todo quedó suspendido, incluyendo los Juegos Olímpicos.
La UEFA Champions League, las ligas europeas, la NBA, los juegos de primavera de las Grandes Ligas de Béisbol y, por supuesto, nuestros propios campeonatos de todas las ramas deportivas quedaron en suspenso.
Esto conlleva también enormes pérdidas económicas, pero aquí salta a la vista de nuevo la diferencia que existe entre los jugadores abrumadoramente ricos y el resto de los mortales. El caso es que en varios clubes de Europa los futbolistas han renunciado a un alto porcentaje de sus millonarios salarios de estos meses, para que los clubes dispongan de efectivo para pagar los honorarios de los empleados, algo imposible de replicar por estos lares, en donde la mayoría de jugadores ganan apenas lo suficiente para sobrevivir y, en no pocos casos, sus salarios están atrasados, todo lo cual se agravará con este paro forzado de actividades.
Siempre he creído que los clubes debieran tener un fondo que cubra dos o tres planillas, para echar mano de él por alguna contingencia, pero nuestra realidad lo hace imposible.
Este artículo también fue publicado en la sección de Deportes de Nuestro Diario el viernes 3 de abril de 2020.