Argentina suma treinta y dos años desde que ganó su segunda Copa del Mundo y toda la confianza de su enorme afición en un nuevo triunfo está depositada en esta selección, pero sobre todo en Lionel Messi.
El país sudamericano siempre ha dado figuras de alto relieve para el futbol, pero desde que se retiró Diego Armando Maradona no habían tenido un ídolo que acaparara todas las miradas, la esperanza y la fe. Sin embargo, la presencia de Messi no ha servido para que la albiceleste gane títulos, ya que ha sumado fracaso tras fracaso en las Copas América y también en los Mundiales, eventos en los que ha podido llegar a las finales, pero no ha logrado ganarlas.
Pero cada nuevo evento es una nueva oportunidad, y eso llena de esperanza a los sudamericanos, a pesar de haber comenzado de manera terrible su participación en Rusia 2018, en el que debutaron empatando contra Islandia, un equipo semiprofesional y primerizo en Copas del Mundo, para luego dar paso a la hecatombe sufrida contra Croacia, que les hizo tres y los dejó mal parados, sobre todo en lo anímico, porque la derrota fue humillante y los puso con un pie afuera del mundial de manera prematura.
Esto dio paso para que se hablara y se dijera mucho de la selección argentina, lloviendo las críticas a Jorge Sampaoli por la dirección que ha hecho del grupo, la cual fue calificada de nefasta para arriba, pero también aparecieron las duras críticas hacia Messi, a quien le reclaman mayor compromiso con su camiseta nacional, lo que hizo surgir a quienes le defienden a capa y espada, recordando que el futbol es un juego de conjunto y no se puede responsabilizar a un solo jugador por los éxitos o fracasos, aunque este sea considerado el mejor del mundo.
No hay que olvidar, sin embargo, que Lionel Messi había advertido que Argentina no era favorita para ganar el mundial, lo que pudo interpretarse como un abrir el paraguas antes de que llueva, o simplemente el reconocimiento de alguien que desde adentro sabe que el equipo no tiene la calidad suficiente para trascender.
Por supuesto, las opiniones adversas no se hicieron esperar, pero los dos primeros partidos del mundial avalan lo dicho por Messi, porque puede ser que él no ande bien, pero ¿y los demás?
Eso es lo que abre la interrogante para el partido de hoy frente a Nigeria, porque la expectativa de todo el mundo está en lo que Argentina haga o deje de hacer, ya que no ganar significa abandonar el mundial, y eso obliga a todos los seleccionados gauchos a hacer el mejor partido de su vida con la intención de no hacer el ridículo, pero también a Messi a convertirse en el líder del grupo, ese líder que muchas veces ha estado ausente pero que hoy no puede fallar.
El diez argentino sabe de la responsabilidad que tiene, porque no se trata nada más de superar el obstáculo de hoy, sino de plantarse en Octavos de Final de buena manera para encarrilar a la albiceleste a los primeros planos, responsabilidad que tienen todos, pero sobre todo el capitán de un equipo que no gana desde hace 32 años y que esta vez, en tierras euroasiáticas quieren agenciarse su tercera copa del mundo.
Fotografía: FIFA.com