Los presidentes de la Fedefut, Gerardo Paiz, y de la Liga Nacional, Jaime Sánchez, quedaron mal parados ante la opinión pública por la contradictoria información de la reunión de dirigentes con el presidente la República, Alejandro Giammattei.
Paiz reconoció el miércoles en Emisoras Unidas que tuvo el lunes una llamada invitándole a la reunión, contradiciendo la información de la Fedefut en la que aseguraban el martes que no le habían girado ninguna invitación.
En la misma estación, Sánchez advirtió que la reunión de Gerardo Villa y Héctor Escobedo había ido en representación del club Municipal, y no de la Liga Nacional, sin embargo más tarde debió emitir un comunicado aclaratorio en el que daba fe de la reunión y de la representatividad de los dirigentes con el mandatario y que, en consecuencia, esperan el ‘protocolo’.
Le sigue faltando a los dirigentes claridad y certeza para velar por el bien común del fútbol.
Así, la pugna de poderes deja en evidencia que el fútbol sigue sin tener líderes capaces de poner orden, en un medio, en el que comenzando por sus asesores, cada quien busca ‘salvarse’ como puede.
Mientras tanto, con la ley del mínimo esfuerzo de sus dirigentes, el fútbol navega en el abismo de la incertidumbre, aunque algunos maquiavélicos ya se frotan las manos por el desenlace de la temporada.
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