Berlín, 21 Mayo 2020 (AFP) – Fuegos artificiales, enfrentamientos y tres lesionados… El primer derbi de Berlín entre el Unión y el Hertha, en noviembre, fue más que caliente. Por el contrario en el partido de vuelta del viernes (18h30 GMT) reinará un silencio sepulcral en un Estadio Olímpico a puerta cerrada.
En noviembre los ultras de los dos bandos ‘celebraron’ con un exceso de fuegos artificiales el ascenso del Unión Berlín. El árbitro tuvo que interrumpir el partido durante más de seis minutos debido a los cientos de bengalas encendidas en el pequeño y pintoresco estadio de la Alte Försterei.
Al final del partido los hinchas del Hertha respondieron a las provocaciones lanzando voladores hacia los banquillos y las gradas del Unión.
La policía detuvo a 25 personas implicadas en los disturbios. En lo deportivo, el Unión se impuso por 1-0 con un gol de penal en el minuto 87.
«No olvidamos aquella visita al Alte Försterei», señaló el mánager del Hertha Michael Preetz. «Fue una jornada negra, ahora tenemos una oportunidad de hacer olvidar todo aquello», añadió.
«Las condiciones son completamente diferentes, es otro derbi», señaló el técnico del Hertha Bruno Labbadia, que no estaba en el puesto en noviembre.
– ‘Big City Club’ –
Otro fútbol también. En los tiempos del coronavirus, no será el comportamiento de los hinchas lo que autoridades y medios analicen. Sí el de los jugadores, para verificar que respetan las distancias de seguridad sanitaria, por ejemplo en la celebración de los goles.
En la reanudación de la Bundesliga, el pasado fin de semana, el Hertha estuvo en el centro de las críticas porque su delantero belga Dedryck Boyata dio un beso a su compañero Marko Grujic, tras el primero de los tres tantos en Hoffenheim (3-0).
Unos días antes, uno de los referentes del equipo, el marfileño Salomon Kalou, fue suspendido por el club tras haber difundido un vídeo en el que se le veía estrechar las manos de sus compañeros en el vestuario.
La Liga Alemana no ha sancionado, pero ha insistido en el deber de ser ejemplar a los jugadores del campeonato. El objetivo, difundir el mensaje correcto sobre las medidas de distanciamiento social.
En la clasificación ambos clubes luchan codo con codo en la zona media, el Hertha es 11º con 31 puntos y el Unión es 12º a uno. Para el primero es una campaña decepcionante, para el segundo un éxito.
Tras un arranque difícil en agosto y septiembre, en sus primeros pasos en la Bundesliga, el Unión encontró su ritmo y parece en posición de asegurar la permanencia, a pesar de la derrota 2-0 en su estadio el domingo ante el líder Bayern Múnich.
El Hertha, por el contrario, al que sus dirigentes buscan convertir en un ‘Big City Club’ (club de gran ciudad), vive una temporada de pesadilla.
Labbadia es el cuarto técnico en sentarse en el banquillo desde agosto. Y el desastroso paso de Jurgen Klinsmann dejó consecuencias.
Fichado a finales de noviembre para llevar al equipo a otra dimensión, el antiguo seleccionador alemán dejó el puesto 76 días después, acusando a sus dirigentes de no dejarle dirigir con autonomía.