– Logística –
La logística presenta las primeras dificultades. Los estadios que debían albergar el torneo del 12 de junio al 12 de julio próximo podrían estar reservados ya para el próximo año, así como los centros de entrenamiento que piensan utilizar las diferentes selecciones.
«La UEFA deberá confirmar si siguen estando disponibles», explica Jacques Lambert, patrón del comité de organización de la Eurocopa-2016 celebrada en Francia.
Otro problema, según Lambert, será que se deberán prolongar por un año todos los contratos con los diferentes comités locales (la edición 2020 se iba a celebrar por primera vez en 12 países de todo el continente), así como los de los equipos de organización.
Pese a todo, Lambert considera que «no hay nada insalvable a la vista de lo que hay en juego a nivel global».
– Aficionados –
Otra cuestión a resolver es la de las entradas, con numerosos aficionados que ya habían reservado sus viajes para el próximo verano.
La UEFA trató este martes de «calmar» a los poseedores de boletos en cuanto a la posibilidad de obtener un reembolso «integral» si finalmente no pueden acudir a la cita en 2021.
El grupo Football Supporters Europe (FSE), que representa a las aficiones de los diferentes países, se congratuló inmediatamente de una decisión que «va a limitar el impacto financiero para los aficionados».
– Televisiones con derechos –
La confederación europea también tendrá que tener en cuenta a las diferentes televisiones con derechos, que en la edición de 2016 desembolsaron un total de 1.024 millones de euros por transmitir los encuentros del torneo europeo de selecciones.
Pero este aplazamiento va a trastocar los planes de los canales, «aunque como será reprogramado en las mismas fechas, teóricamente con los mismos horarios, se puede imaginar que las cosas serán más fáciles» para prorrogar los contratos de los derechos televisivos, asegura Jérôme Neveu, dirigente de la agencia de marketing Advent.
El director de la antena de beIN Sports Francia, Florent Houzot, ya anunció que este canal transmitiría «integralmente» la Eurocopa en 2021.
– Patrocinadores –
Coca-Cola, Heineken, Volkswagen… ¿Qué patrocinadores contaban con el torneo para aumentar sus ventas? ¿Pueden retirar su patrocinio tras el aplazamiento?
«El marketing deportivo funciona a largo plazo», asegura Neveu. «Un evento que se aplaza (…) no pone en duda la estrategia general», añade este especialista.
«Para los patrocinadores, es casi algo positivo más que negativo, en el sentido que sus derechos se van a prolongar un año», confirma Jacques Lambert.
– Calendario –
El verano (boreal) de 2021, fecha elegida para reprogramar la Eurocopa, promete ser un rompecabezas para el calendario.
La Eurocopa femenina (7 de julio al 1 de agosto de 2021 en Inglaterra) está prevista, en parte, en el mismo periodo e incluso coincidirá geográficamente, ya que varios partidos del torneo masculino, incluyendo las semifinales y la final, están programados en Londres.
También está previsto para el próximo año la Eurocopa sub-21, en junio en Hungría y Eslovenia.
No obstante, la UEFA precisó este mismo martes que se reprogramarán estos dos torneos, así como las finales de la Liga de Naciones, también previstas en junio de 2021, aunque la instancia europea no dio más detalles.
Alguno de estos torneos podrían desplazarse a 2022, sobre todo teniendo en cuenta que el verano (boreal) de ese año quedará libre, ya que el Mundial de Catar se disputará en noviembre y diciembre de 2022.
El punto más complicado puede ser la negociación con la FIFA y con su presidente Gianni Infantino, que quería organizar en junio de 2021 en China la primera edición del nuevo Mundial de Clubes.
La UEFA, no obstante, agradeció este martes la actitud abierta de la FIFA, dispuesta a «hacer todo lo necesario» para que se pueda reorganizar el nuevo calendario.
– Política –
Punto esencial: convencer a los 12 países organizadores, cuya situación financiera se degradará a la fuerza tras esta crisis sanitaria, de añadir un año más de preparativos, con los costes que esto implica.
Los Estados «van forzosamente a plantearse esta cuestión», admite Jean-Baptiste Guégan, profesor de geopolítica del deporte. «Pero paradójicamente, la dispersión (en 12 países) que era la debilidad de esta Eurocopa desde un punto de vista sanitario, puede convertirse en la principal fortaleza, porque se repartirán los gastos».
– Costes –
La factura del aplazamiento, precisamente, va a ser un tema de debate en las próximas semanas. ¿Quién va a pagar los 300 millones de euros, el coste estimado por un especialista del marketing? ¿Puede legítimamente la UEFA pedir ayuda a las ligas europeas, en contrapartida por un aplazamiento que permitirá terminar los campeonatos nacionales?
«Habrá seguramente unos costes, pero los ingresos de la Eurocopa son ampliamente suficientes para cubrirlos», estima Jacques Lambert.
– Simbolismo –
La UEFA pensó durante mucho tiempo que podría resistir a los imperativos sanitarios y tomó tarde su decisión de aplazar el torneo continental de selecciones. «Las federaciones deportivas se creen a menudo independientes de los Estados, pero la realidad es otra. El primer desafío para la UEFA será su credibilidad», remarca Jean-Baptiste Guégan.
Según este especialista, hay aún una oportunidad de salir de la crisis reforzados. «Lo mismo que los Juegos Olímpicos de Barcelona-1992 firmaron el fin de la Guerra Fría o los de Tokio deberían ser el post-Fukushima, la Eurocopa-2021 podría ser la ocasión de festejar el después» del coronavirus, asegura.
ama/jed/av/mcd/pm
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