En la FIFA se debate sobre la conveniencia o no de utilizar el videoarbitraje en la Copa del Mundo, en la que lo único seguro es que se volverá a implementar el ojo de halcón para tener certeza sobre los goles que se anoten.
En las principales ligas de Europa se dan pasos acelerados para contar con el VAR y respaldar con ello la tarea de los colegiados, a los que se les hace cada vez más difícil seguir las veloces jugadas de área a área, a pesar de su muy buena preparación física, sin contar con que los piscineros abundan y los hacen caer en error con más frecuencia de la deseada.
Entre tanto, en Guatemala ni se habla del tema, comenzando por el hecho de que las televisoras no disponen de suficientes cámaras para cubrir todos los ángulos y muchos partidos ni siquiera son transmitidos, lo que hace imposible su aplicación.
A pesar de esas limitaciones, en el cierre del presente torneo hemos visto muchos errores de apreciación de los árbitros, varios de los cuales incidieron en los resultados, fallos que se seguirán presentando hasta que apoyemos a los colegiados con tecnología, algo que por ahora se ve muy distante pero en lo que debiéramos comenzar a pensar.
Este artículo también fue publicado en la sección de Deportes de Nuestro Diario el miércoles 13 de diciembre.