Varias veces he dicho que nadie tiene una receta mágica que cure el marasmo de nuestro futbol, acostumbrado a coleccionar fracasos y empeñado en causar decepción tras decepción a los aficionados, que tienen que tragarse su amargura con demasiada frecuencia.
Aunque intento ser realista y no dejarme llevar por una ilusión pasajera, casi me contagié al conocer el grupo que nos tocó en la Liga de Naciones, llegando al extremo de sugerir lo que debíamos hacer para enfrentar a Panamá en la siguiente etapa, pero al ver el desempeño de nuestro equipo, especialmente en el primer tiempo del encuentro ante la débil Guyana, comprendí que todo estaba terminado.
Luis Fernando Tena ha dirigido más de cuarenta partidos y ha hecho jugar a decenas de futbolistas sin encontrar su once ideal, mucho menos dotarlo de un estilo y hacerlo dueño de una identidad, pero la culpa no es solo suya, sino también de una Federación que desde siempre ha estado y está saturada de dirigentes incapaces y de una Liga que fomenta la mediocridad.
Así que los culpables somos todos, especialmente los que desde afuera vemos y nos callamos, o los que hacen silencio para seguir gozando de viajecitos y prebendas.
Únete a nuestro Canal de WhatsApp y conoce lo mejor de nuestras publicaciones. Haz click AQUÍ
Este artículo también fue publicado en la Sección de Deportes de Nuestro Diario el jueves 17 de octubre.
Andá decírselos a ellos en su cara tenía el valor de decírselos a nosotros para que no lo contás nosotros no tenemos el poder de hacerle llevar tus palabras tener los huevos decírselo a él a los dirigentes que son unos hijos de p*** es todo