Pasaron varios días desde nuestra vergonzosa eliminación de la Liga de Naciones, y lo único que pasó es que no pasó nada.
Ahora ya pensamos en los amistosos en lista y rápidamente desviamos la atención hacia las convocatorias que dejan en el olvido el tímido mea culpa de Luis Fernando Tena, sin que nadie se rasgue las vestiduras por el bochorno en Puerto España y la paliza en Panamá.
Por algo tiene la Federación bien aceitado a su ejército de voceros y defensores de oficio, individuos que también son parte de la mediocridad en la que naufraga nuestro futbol.
En lo deportivo es obvio que no tenemos recurso humano suficiente y lamento que cada mes se gasten cientos de miles de quetzales en los entrenadores de las distintas selecciones, lo que significa construir el pent-house de un edificio sin cimientos. Más nos valdría invertir en formadores de jugadores, que dediquen su tiempo a trabajar con niños y jóvenes de las distintas regiones del país, los que nutrirían a los equipos de las Ligas Federadas y estos a las selecciones.
Esa es la ruta, por lo que confío en que algún día llegue a la Fedefut alguien con un poquitito de materia gris para implementar un plan que levante a nuestro alicaído futbol.
Este artículo también fue publicado en la Sección de Deportes de Nuestro Diario el miércoles 25 de octubre.