Roma, 11 Ago 2020 (AFP) – «Bergamo Mola Mia!» («¡No te rindas, Bérgamo!»). La ciudad lombarda fue duramente golpeada por el coronavirus y este lema, en el dialecto local, fue difundido por todas partes, hasta en una camiseta que llevaron los jugadores de la Atalanta. Ellos jugaron por su ciudad y ahora son empujados por ella.
Era 10 de marzo y la Atalanta venía de imponerse 4-3 en Valencia para validar su pase a los cuartos de final de la Liga de Campeones. La enfermedad ya estaba muy extendida en Lombardía y causaba estragos.
Luego del triunfo, ‘Papu’ Gómez, Duván Zapata, Josip Ilicic y los demás se agruparon y mostraron la famosa camiseta ante las cámaras. «Bérgamo, es por ti. Mola mia!».
De su lado, el club pidió inmediatamente por redes sociales a los ‘tifosi’ que no se reunieran, que no celebraran juntos la victoria. Era demasiado arriesgado.
De hecho, ya era demasiado tarde. Lombardía fue la primera en sufrir la ola de COVID-19 y esta región trabajadora se convirtió en el epicentro de una crisis sanitaria mundial, «una suerte de enorme Chernóbil observada con terror y sospecha», como escribió el lunes la Gazzetta dello Sport.
El último balance de las autoridades italianas habla de 35.000 muertos en el país, casi 17.000 de los cuales en Lombardía. La provincia de Bérgamo fue junto a la de Brescia la más afectada. Según las últimas cifras, el exceso del índice de mortalidad en la ciudad y su provincia casi alcanzó los 7.000 muertos.
– Territorio devastado –
En marzo la situación era tan grave que los crematorios locales no podían seguir más el ritmo de fallecimientos. Los ataúdes se amontonaban en las iglesias y se movilizaron camiones militares para transportarlos.
«Nuestro centro de entrenamiento está al lado de un hospital. Las ambulancias pasaban cada dos minutos. Fue como estar en un país en guerra», dijo el entrenador del club, Gian Piero Gasperini.
«Son imágenes que han impactado al mundo pero que han dado una idea de lo que pasaba en este fantástico lugar», declaró de su lado el presidente, Antonio Percassi, al diario local Eco Di Bergamo, cuya sección necrológica sobrepasó las 10 páginas en el momento álgido de la crisis.
«Este territorio ha quedado devastado, desde todos los puntos de vista. Pero todo el mundo supo reaccionar», añadió Percassi, adinerado empresario nacido en la región y que fue jugador de la Atalanta.
El club participoó en esta recuperación. Los jugadores y la directiva multiplicaron las donaciones para ayudar en la construcción de un hospital de campaña, tarea en la que también contribuyeron grupos de aficionados, financieramente o con sus brazos.
– «Renaceré, renacerás» –
Poco a poco la ola fue perdiendo fuerza. Pero el virus encontró un terreno favorable en la región: un reciente estudio serológico desveló que, en la provincia de Bérgamo, el 24% de la gente que se ha sometido a test presentaba anticuerpos. En algunas zonas la cifra superaba el 40%.
El fútbol también recuperó su lugar, aunque sin aficionados, que no pueden todavía «volver a la Atalanta». Pero antes de cada partido resuenan en el estadio las notas de «Rinascero, Rinascerai» (Renaceré, renacerás), una canción compuesta durante el confinamiento por Roby Facchinetti, un músico natural de Bérgamo.
«La situación ha mejorado. En estos momentos tenemos muy pocos casos, 15 luego de realizar 22.000 test. En el plano sanitario la urgencia ha terminado. Hay un riesgo de cara al otoño (boreal) pero estamos tranquilos», declaró el sábado el alcalde de la ciudad, Giorgio Gori, a la Gazzetta.
Gasperini, de su lado, es consciente de lo unidos que están ahora sus jugadores y la ciudad, tras una experiencia traumática común. «Por supuesto, el equipo está ligado al sufrimiento de Bérgamo y eso le acompañará en el terreno de juego», afirmó en junio antes de la reanudación de la Serie A.
«Más que en el campeonato, espero encontrar esta energía extra en Liga de Campeones, para una aventura excepcional. Esta ciudad merece una alegría fuera de lo normal», añadió.