Berlín, 3 Jul 2020 (AFP) – Después de lograr su 30º título en la liga alemana, el Bayern de Múnich se mide al Bayer Leverkusen, el sábado (18h00 GMT) en Berlín en la final de la Copa de Alemania, para intentar levantar su vigésimo trofeo en esa competición y dar un paso más hacia el ansiado triplete.
Después de esta ‘Pokal’, el Bayern empezará a pensar en su gran reto del curso, intentar ganar en agosto la Liga de Campeones.
Pero antes, la final de la Copa sirve de enlace entre el final de la Bundesliga y la perspectiva de ese torneo europeo (12-23 de agosto en Lisboa), en una temporada atípica por el parón de dos meses en Alemania, entre mediados de marzo y mediados de mayo, debido a la pandemia del nuevo coronavirus.
El Bayern se presenta como gran favorito en la final, tras demostrar su superioridad en el curso liguero. Tras la reanudación del torneo después del coronavirus, los muniqueses han ganado sus nueve partidos, incluyendo desplazamientos complicados a Dortmund y precisamente Leverkusen.
«Los chicos están encendidos y quieren ir en busca del próximo título. Vamos a hacer todo lo posible para ello. Somos bastante optimistas para ser campeones», aseguró el director deportivo el Bayern, Hasan Salihamidzic.
– Optimismo en Múnich –
El reciente triunfo 4 a 1 en Leverkusen da alas al Bayern.
El Bayer Leverkusen llega además con una dinámica menos positiva a la final. Perdió en la penúltima jornada liguera por 2-0 en el Olímpico de Berlín ante el Hertha y eso le terminó costando su plaza en la próxima Liga de Campeones, que fue finalmente para el Borussia Mönchengladbach.
La principal baza del Bayer Leverkusen será su joven prodigio Kai Havertz, una de las perlas del fútbol alemán y europeo.
«Si tiene un buen día, el Leverkusen puede ganar a casi cualquier equipo», avisó el presidente de honor del Bayern, Uli Hoeness, en declaraciones a la televisión Sport1.
«En una final de Copa, todo puede pasar», subrayó por su parte el director deportivo del Bayer Leverkusen, Rudi Völler.
– Estadio silencioso –
Para Hansi Flick, la Champions es la absoluta prioridad y el reto del ‘triplete’ está encima de la mesa.
El técnico, que sustituyó en noviembre a Niko Kovac, llegó a decir que ganar la Bundesliga es «un objetivo intermedio» para su club y que aspira a mucho más.
Su buena campaña ha hecho que Flick, que fue designado como solución de emergencia, haya sido renovado hasta 2022.
En la final del sábado habrá un ambiente algo extraño por la falta de espectadores en el gran recinto berlinés.
El estadio Olímpico, que puede alberar a 75.000 personas, estará casi vacío, ya que apenas 700 personas estarán presentes en el interior y alrededor del estadio.
La Federación Alemana de Fútbol (DFB) había solicitado una autorización para 5.000 espectadores para cada club, pero el land de Berlín lo rechazó, para disgusto de los dos finalistas.
Los aficionados de Bayern Múnich y Bayer Leverkusen tendrán por lo tanto que seguir por televisión este partido, el último para ambos en las competiciones nacionales de este curso.
El domingo, el Werder Bremen visita al Heidenheim, de segunda división, en la vuelta de su repechaje por una plaza en la primera categoría 2020-2021.
El Werder, antepenúltimo de la última Bundesliga, empató 0-0 el jueves en casa en la ida ante el tercer clasificado de la segunda división, que intentará hacer descender al equipo de Bremen, un histórico del fútbol alemán.