Lausana, Suiza, 10 Mayo 2020 (AFP) – Sin unanimidad en el fútbol suizo: los clubes se disponen a retomar el entrenamiento el lunes sin que se haya disipado la incertidumbre sobre una eventual reanudación de la liga nacional en junio, un plan que sigue teniendo importantes detractores.
Como en prácticamente todo el mundo, la pandemia del nuevo coronavirus detuvo el fútbol en Suiza y su Super League, en parón desde el 23 de febrero.
Tras 23 jornadas disputadas, de un total de 36, el Sankt-Gallen era líder, aunque igualado a puntos con los Young Boys de Berna, campeón las dos temporadas anteriores.
La diferencia de goles le deja en esa primera plaza y le permitiría virtualmente estar clasificado para las rondas previas de la próxima Liga de Campeones. Detrás está el Basilea, tercero a cinco puntos de los dos primeros.
En la parte baja de la clasificación, el FC Sion es octavo y estaría salvado, mientras que el Neuchâtel (9º) está en puesto de repechaje por la permanencia, mientras que el FC Thun, décimo y último, descendería de categoría.
Pero por ahora nada es seguro sobre el final de la temporada, con sectores favorables a la reanudación a principios de junio y otros que abogan por el final definitivo de este curso.
Lo único seguro es que el regreso al entrenamiento está permitido desde este lunes 11 de mayo y «está previsto permitir la competición a puerta cerrada a partir del 8 de junio», recuerda la Liga Suiza de Fútbol (SFL).
Pero una reanudación de las dos primeras categorías del fútbol helvético depende de una decisión del Consejo Federal de Suiza, prevista para el 27 de mayo. Los clubes se pronunciarán sobre ello dos días más tarde, en la Asamblea General de la SFL.
– El Sion se resiste –
Para el presidente del FC Sion, Christian Constantin, «nuestros recursos provienen en un 93% de las entradas, abonados y patrocinios, y únicamente en un 7% de los derechos de televisión. Retomar el campeonato a puerta cerrada nos haría perder mucho dinero».
«Hacer que nuestros jugadores vuelvan nos privaría de las medidas de paro técnico, que nos permiten durante este periodo sin ingresos disminuir nuestros gastos en un 65%», apuntó el club.
El Sion, desde el inicio de esta crisis, despidió a nueve jugadores, entre ellos el exintegrante del Arsenal Johan Djourou, «que no retomará el lunes el entrenamiento».
Por contra, los Young Boys, todavía en la carrera por el título, quieren «continuar la temporada para determinar un campeón, los clubes clasificados para las competiciones europeas y el descenso», explica Wanja Greuel, su director general.
El equipo de la capital suiza quiere regresar «para mantener la calidad deportiva del grupo pero también para asegurar unos importantes derechos de televisión y los ingresos de los patrocinadores», añade.
En un campeonato en el que los derechos televisivos representan una parte débil del total de ingresos, el equilibrio económico de los clubes descansa a menudo en negociar bien uno o dos trapasos. Pero para llegar a ello es preferible que los jugadores puedan mostrar su talento al mundo.
– ‘Mantener el valor del equipo’ –
«Retomando el camino a los terrenos de juego podríamos mantener el valor económico de nuestro equipo en un buen nivel», confirma Greuel.
Los Young Boys se desprenden regularmente de sus mejores jugadores en operaciones lucrativas, como ocurrió la pasada temporada con el trapaso de Kevin Mbabou, defensa internacional suizo de 24 años, al Wolfsburgo alemán por 10 millones de euros.
Por su parte, Constantin presentó a principios de mayo una serie de propuestas a la SFL. Entre ellas, la de una Super League que pase de 10 a 12 equipos, con el ascenso de los dos primeros de la segunda categoría, entre ellos el Lausana Sport, líder destacado y ahora propiedad del ambicioso grupo empresarial Ineos.
Según el Sion, son varios los clubes que comparten su idea.
«Si Sankt-Gallen y Young Boys son los únicos en jugarse algo (el título), pues que como mucho se organice un duelo entre ambos», concluye el dirigente del Sion.
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