El paro de labores de los futbolistas profesionales hizo posible que en un solo fin de semana debutaran más de cien patojos en la máxima división.
Es desafortunado que esto se diera por ese problema, pero la oportunidad fue propicia para dar un vistazo al trabajo que los equipos hacen o dejan de hacer en sus fuerzas básicas.
A la par de algunos elementos que tienen un buen futuro, también tuvimos oportunidad de ver a un buen número con claras carencias técnicas y desorden táctico en partidos para los que se prepararon durante toda la semana, siendo la única diferencia que los puntos no eran válidos para la especial, sino para la categoría mayor.
Lo más triste de todo fue que el entrenador de Malacateco se quejara de no saber ni el nombre ni las características de los jugadores de su equipo sub-20, lo que puso en evidencia el desprecio que le tiene a los jóvenes, a quienes solo mira cuando tiene que cumplir con los 500 minutos. Seguro estoy que el de Ronald Gómez no es el único caso y esa es la causa por la que nuestro recurso humano es muy limitado, porque no se trabaja bien con los jóvenes y tampoco se les da oportunidad de subir, excepto cuando es obligación.
Este artículo también fue publicado en la sección de Deportes de Nuestro Diario el miércoles 26 de septiembre.