Previo al duelo era muy difícil aventurarse con un pronóstico, pero en la cancha Francia fue marcadamente superior a Bélgica y con justicia se quedó con el boleto para la Final.
El juego distó de ser abierto y mucho menos un ida y vuelta, ya que tuvo mucha marca y enredo en el medio, siendo relativamente pocas las jugadas claras frente a los dos marcos.
Hubo poca fantasía, quedando en la memoria nada más una jugada de Mbappé, mientras los dos guardametas tuvieron que emplearse a fondo un par de veces en un partido que por momentos fue tenso y de roce, lo que dio por resultado cinco amonestaciones.
La estadística final muestra que los belgas tuvieron más la pelota, pero como tantas veces ha ocurrido, la simple posesión del balón no es sinónimo de victoria, lo cual se pudo comprobar este mediodía con el merecido triunfo de Francia, cuyo único gol llegó en un balón parado.
Superada esta etapa, los galos quedan en espera de rival para su tercera final. En la primera fueron campeones jugando en casa contra Brasil en 1998 y en la segunda cayeron por penales contra Italia en Alemania 2006; esta vez enfrentarán a Inglaterra o Croacia, selecciones que se enfrentan mañana para obtener el último cupo para el partido que definirá Rusia 2018.
Francia ya está en la Final, pero en esta se espera ver una gran demostración de Griezmann, Mbappé, Pogba y compañía, cuyo talento es indiscutible, pero debe ser mostrado al mundo en el partido que paralizará al planeta.
Del lado de Bélgica no quedará más que pelear por el tercer lugar, porque de poco o nada le sirvió hilvanar cinco triunfos, ya que le faltó un pasito para llegar a una inédita final.
De cualquier manera, los belgas han dejado una grata impresión, lo que hará que como selección se le respete más e, individualmente, sus jugadores podrán cotizarse mejor gracias al desempeño que tuvieron en esta Copa del Mundo.
Fotografía: FIFA.com