En España conocen a las telenovelas como “culebrones”, y la prensa deportiva ha hecho suyo el término para referirse a las largas historias de contrataciones de jugadores entre temporadas, pero en 2020, en el que no hay tantos movimientos por la crisis económica, el culebrón ha sido el caso de Lionel Messi.
Todos sabemos que, luego de varios días de tensión sobre si el argentino se iba o se quedaba en el FC Barcelona, las aguas volvieron a su nivel con la decisión de no ir a juicio, pero que nadie crea que Messi no quiso pelear en un tribunal contra el equipo de sus amores, ya que la verdadera razón es que sabía que iba a perder, por lo que dio marcha atrás en su intención de marcharse.
Eso sí, el culebrón desvió la atención del ridículo hecho en la Liga de Campeones, porque ya nadie habló del 2-8 que le endilgó el Bayern de Münich a los catalanes en Lisboa.
La enseñanza de todo esto es que los contratos deben respetarse, algo que con frecuencia no hacemos en Guatemala, en donde los jugadores se van sin pagarle nada a su antiguo club, o son despedidos sin que se les cumpla lo convenido.
Esto tiene que remediarse porque, cuando se firma un documento, ambas partes se comprometen a cumplirlo al pie de la letra, pero nosotros nos hemos convertido en expertos en burlar los acuerdos, y en esto incluyo a dirigentes y jugadores, porque ambos pecan por igual.
Si Lionel Messi tuvo que respetar su contrato, ¿por qué en Guatemala no lo hacemos?
Fotografía: FC Barcelona