Ginebra, 24 Ago 2020 (AFP) – El Parlamento suizo levantó la inmunidad del fiscal general saliente, cuestionado por su gestión del sonoro escándalo de corrupción conocido como ‘FIFAgate’, una decisión que abre la vía a un proceso penal.
Michael Lauber, quien supervisaba los procesos relativos a los escándalos de corrupción que sacuden a la Federación Internacional de Fútbol (FIFA) desde hace varios años, es sospechoso de colusión con el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, luego de una serie de reuniones informales en 2016 y 2017.
Acorralado por las críticas, el jefe de la fiscalía suiza presentó su dimisión a finales de julio, pero seguía rechazando las acusaciones de mentira.
El 31 de agosto dejará oficialmente su cargo.
El lunes, las comisiones competentes de las Cámaras federales levantaron la inmunidad del alto magistrado, apuntando en un comunicado que los hechos de los que se le acusa tienen «una conexión directa con sus funciones y actividades oficiales».
El alzamiento de la inmunidad, condición necesaria para la apertura de un proceso penal contra el fiscal general, fue pedida el 30 de julio por el fiscal federal extraordinario, Stefan Keller, nombrado el 3 de julio por el Gobierno para estudiar las denuncias penales contra Lauber e Infantino.
Según las primeras conclusiones de Keller, existen «elementos constitutivos de un comportamiento punible» en las reuniones entre Infantino y Lauber. Las posibles infracciones esbozadas son «incitación al abuso de autoridad», «violación del secreto de función» y «obstaculización de la acción penal».
El presidente de la FIFA está desde el 30 de julio bajo un proceso penal y no goza de ninguna inmunidad.
La Autoridad de Vigilancia de la fiscalía suiza decidió en 2019 abrir una investigación después de que medios suizos revelaran una reunión no declarada en 2017 entre Infantino y Lauber.
La FIFA nunca ha negado estos encuentros, explicando que estaban destinados a probar que la instancia internacional estaba «dispuesta a colaborar con la justicia suiza». Pero el limbo jurídico en el que se mantuvieron estas reuniones plantea la cuestión de una potencial colusión entre la FIFA y la justicia.