Dortmund, Alemania, 15 Mayo 2020 (AFP) – Sin su «Muro amarillo», pero con sus jóvenes estrellas Sancho y Haaland, el Borussia Dortmund intentará domar a su vecino y rival Schalke el sábado si quiere que no se le escape el Bayern Múnich en esta 26ª jornada, de reanudación de la Bundesliga.
El «derbi del Ruhr», entre los eternos rivales amarillos y azules, a los que solo separan 30 km, es normalmente el partido que se adueña de la región dos veces por temporada.
Herederos del mundo de la mina hoy desaparecido, los dos clubes son importantes en el fútbol alemán y juegan un papel preponderante en la cultura popular local: la afluencia media en Dortmund es de 82.000 espectadores, y de 61.000 en Gelsenkirchen.
Pero este año, a puerta cerrada y con las obligaciones del protocolo sanitario, se tratará del «derbi más raro de la historia», como señaló el director del departamento de jugadores del equipo de Dortmund, Sebastian Kehl.
«Cuando juegas en Dortmund ante 80.000 espectadores, te ves empujado más allá de sus límites», reconoce el técnico suizo del Borussia, Lucien Favre.
«Va a ser diferente, habrá que acostumbrarse. Debemos prepararnos no solo técnicamente, tácticamente o físicamente, sino también mentalmente».
«Un derbi sin espectadores, te descorazona», afirma el director deportivo del Borussia, Michael Zorc. «Sin ellos, vamos a necesitar mucha más dinámica interna y motivación propia».
– Cuatro bajas en Borussia –
En dos meses de inactividad, los profesionales perdieron además sus puntos de referencia, y no disputaron ni siquiera un amistoso antes de la reanudación para recuperar los automatismos.
¿Cómo estos jóvenes, y en particular las dos estrellas de 20 y 19 años del Borussia, el inglés Jadon Sancho (14 goles y 16 asistencias en 25 partidos esta temporada) y el prodigio noruego Erling Haaland, autor de nueve goles en sus ocho primeros encuentros en Alemania, habrán digerido el largo período de confinamiento? Nadie podrá decirlo antes del sábado a las 15h30 (13h30 GMT).
Para ayudar a jugadores y equipo técnico a adaptarse, los dirigentes del Borussia Dortmund añadieron al equipo técnico a un preparador mental, el exjugador del club, Philipp Laux.
El sábado, Borussia Dortmund se verá mermado por la ausencia de cuatro jugadores importantes, el capitán y centrocampista Marco Reus, los dos volantes Emre Can y Axel Witsel, y el defensa Dan-Axel Zagadou, lesionados.
De hecho, habría sido preferible para el Borussia disputar este derbi antes de la interrupción de marzo.
Desde el fichaje en enero de Haaland y del centrocampista internacional alemán Can, el equipo llevaba una dinámica extraordinaria: siete victorias en ocho partidos de campeonato, con 27 goles marcados. Schalke, en cambio, lleva una serie negra de siete partidos sin victoria.
– «Como un amistoso» –
Pero si las estadísticas de la temporada son favorables al Borussia Dortmund, las de los últimos años cuentan otra historia: el Borussia solo ha ganado uno de los ocho últimos duelos el campeonato contra Schalke.
El año pasado, los jugadores de Gelsenkirchen llegaron incluso a humillar a sus rivales por 4-2 como visitantes en el Signal Iduna Park, matando ese día las últimas esperanzas de cara al título de sus rivales.
Y nadie en Alemania olvida «el derbi del siglo» de 2017, cuando Schalke arrancó en Dortmund un empate 4-4 en el tiempo de descuento, tras haber ido perdiendo por 4-0 en el descanso.
Esta vez, Schalke está en el mismo universo de incógnitas que el Borussia Dortmund. El entrenador David Wagner reconoce que no tiene ninguna referencia del nivel de su equipo, ya que este derbi se parece más «al primer amistoso de una preparación de inicio de temporada».
«Tienes una semana de entrenamiento y juegas tu primer partido. No sabes qué va a pasar», reconoce.
Solo las matemáticas no se han visto afectadas por el virus: con cuatro puntos de retraso sobre el Bayern a nueve jornadas del final, el Borussia Dortmund corre el riesgo, como en marzo, de abdicar en sus últimas posibilidades de título en caso de derrota.