Cinco de los catorce clubes brasileños que disputaban competiciones de la Conmebol este año ya fueron eliminados, un récord desde que las dos competiciones unificaron calendarios, incluso antes del inicio de la fase de grupos de la Libertadores.
El poderoso Corinthians cayó en la segunda fase de la Libertadores contra el modesto Guaraní de Paraguay, que ya había sido su verdugo en los octavos de final de 2015.
En la Sudamericana, Fluminense, Atlético Mineiro, Goiás y Fortaleza se despidieron en la primera ronda a manos respectivamente de Unión La Calera (Chile), Unión de Santa Fe (Argentina), Sol de América (Paraguay) e Independiente (Argentina).
Salvo en este último caso, los otros tres equipos eran, por historia y presupuesto, inferiores a sus rivales brasileños, aunque en el campo mostraron lo contrario.
– Un mercado inflado –
Para Fernando Martinho, editor de la revista Córner, «el mercado brasileño es muy cerrado en sí mismo, muy inflado, y acaba que los jugadores aquí ganan mucho más pero no son mejores que otros que están en el resto del continente, salvo el caso del Flamengo, que es un punto fuera de la curva».
«El mercado sudamericano está muy poco centralizado y con Brasil acaba sucediendo lo mismo que con la Premier League inglesa, donde el mercado interno está muy valorizado, muy inflado, tanto que en muchos casos, es difícil que (los jugadores) vayan a Europa, porque ganan más aquí de lo que ganarían allá, donde tendrían que jugar en un equipo de segundo escalón», agregó Martinho, comentarista en la TV Fox Sports de los partidos de la Superliga argentina.
El caso brasileño, según dijo Martinho a la AFP, se contrapone al de Argentina, «que acaba ejerciendo una influencia en el mercado sudamericano por ser una vitrina mejor para los jugadores. A veces, jugadores de Colombia, Ecuador, Chile o sobre todo Uruguay, van a equipos argentinos porque saben que allá serán suficientemente valorizados y estarán en un mercado más vulnerable para un abordaje europeo».
Para Martinho, la poca presencia de extranjeros en el fútbol brasileño es comparable a los que prueban suerte en el fútbol ruso o árabe.
«Los que vienen aquí acaban ganando mucho pero se cierran las puertas del mercado. Es como los jugadores que van a Rusia u Oriente Medio, ganarán mucho dinero pero estarán fuera del gran centro del fútbol mundial: Europa. Los equipos brasileños tienen mucho más presupuesto pero no lo acaban colocando en práctica dentro del campo», lamentó.
– Clasificaciones sin mérito –
El periodista del canal ESPN Fabio Chiorinho achacó las «caídas precoces» de los equipos brasileños a varios factores, como «la proliferación de plazas en los torneos sudamericanos, lo que puede causar distorsiones significativas».
«El Corinthians quedó en octavo lugar en el último Brasileirao y tomó la última plaza de la fase preliminar de la Libertadores. No hay mérito en esa clasificación», señaló Chiorinho a la AFP.
«El Fluminense quedó sólo tres puestos por encima de la zona de descenso y ganó un cupo en la Sudamericana. Un equipo que tuvo más derrotas que victorias en el principal torneo nacional es premiado con una plaza en el segundo torneo de clubes más importantes del continente», criticó.
Chiorinho también citó la falta de pretemporada que suelen tener los equipos brasileños como otro factor que explica las eliminaciones precoces y niega la supuesta superioridad de sus plantillas respecto a los otras escuadras del continente.
«Cada vez es más teórica. Pocos equipos poseen plantillas realmente valiosas, como es el caso hoy de Flamengo y Palmeiras, que se destacaron en Brasil en los últimos años. Además, hay un estancamiento táctico entre los entrenadores brasileños, lo que explica el fenómeno de búsqueda cada vez mayor de extranjeros, impulsados por los grandes trabajos de Jorge Jesús y Jorge Sampaoli la temporada pasada», comentó.
«Además, hay una soberbia brasileña en imaginar que cualquier equipo que no sea Boca Juniors o River Plate difícilmente se iguala a la calidad de los equipos brasileños. Un ejemplo es Independiente del Valle ecuatoriano, campeón de la última Sudamericana con un equipo joven, con ingresos y masa salarial modestas y que sólo pasó a ser notado cuando su filosofía se transformó en títulos», finalizó.