La importante incidencia de la enfermedad en el norte de Italia hizo que se prohibiera la presencia de aficionados en la grada del estadio Giuseppe Meazza.
«Ya me pasó con el equipo nacional, la atmósfera es extraña, no es fácil. Las sensaciones se parecen a las de un entrenamiento. Pero agradezco el trabajo de los chicos, recibimos un gol y rápidamente aclaramos las cosas», djo el técnico del Inter Antonio Conte.
En la ida, el Inter había ganado por 2 a 0 en Bulgaria y tenía la misión encarrilada, aunque el Ludogorets dio un susto cuando el brasileño Cauly Oliveira recibió en el área pequeña un pase de su compatriota Cicinho y, pese a tener poco ángulo, envió un tiro cruzado que adelantó a su equipo en el marcador en el minuto en el minuto 26.
El Ludogorets quedaba ahí a un tanto de igualar la eliminatoria, pero el Inter remontó antes del descanso.
En el 32, Cristiano Biraghi empató con un tiro cruzado en el área a pase del danés Christian Eriksen.
La ventaja para el Inter en este encuentro la conseguía en el 45 Romelu Lukaku, que remató de cabeza, el balón fue rechazado por el portero y fue de nuevo para el atacante belga, que en la segunda oportunidad no perdonó.
En la segunda parte no se movió el marcador.
El Inter, que disputa la Europa League como uno de los repescados tras quedar tercero en su grupo de la Liga de Campeones, continúa adelante en el torneo. Su calendario amenaza con seguir muy cargado en las próximas semanas.
En la Serie A es tercero a seis puntos del líder Juventus, pero los ‘nerazzurri’ tienen un partido disputado menos, el que aplazaron el pasado fin de semana ante la Sampdoria debido a la incidencia de la epidemia del nuevo coronavirus en el norte de Italia.
Esa enfermedad, que provocó 17 muertos en Italia hasta el momento y 650 infectados, obligó a jugar sin público este partido de Europa League, como también ocurrirá el domingo en la visita estelar del Inter a la Juventus.