Bueno, es solo un decir, porque en realidad el mando siempre lo tuvo y lo seguirá teniendo.
Pero eso es lo más relevante de la Asamblea que realizó hoy la Federación de Futbol, en la que tenían guardada como sorpresa la elección de Gerardo Paiz como presidente honorario de la entidad, eso sí, haciendo la aclaración de que en las reuniones del Comité Ejecutivo y en las Asambleas tendrá voz, pero no voto, como si dicho voto fuera necesario ante un grupo de sumisos títeres que hacen sin chistar todo lo que les ordene.
Entonces, ¿para qué era necesaria su proclamación? Simplemente para justificar su presencia en las distintas reuniones, en las que personalmente vigilará que se cumpla su voluntad.
Aún era presidente Brayan Jiménez cuando Gerardo Paiz comenzó a trabajar su candidatura, luego de haber estado cuatro años en el Comité Ejecutivo del hoy procesado por corrupción en Nueva York. Su mano derecha fue desde el principio Jorge Mario Véliz, quien poco a poco se fue ganando el apoyo de los asambleístas del futbol, algo que todos sabemos cómo se logra en nuestro país.
FIFA intervino la Federación, pero eso no detuvo a este grupo, que esperaba elecciones para 2016, pero al ser pospuestas, optaron por enfrentar a la Comisión Normalizadora y provocaron con ello la suspensión del futbol de Guatemala de toda participación internacional.
Fue sorpresa que el año pasado la Asamblea aprobara el Estatuto que tenía el aval de FIFA, pero muy pronto conoceríamos que eso solo sería parte de la estrategia con la que pretendían ganar tiempo y quizá engañar a propios y extraños para que se levantara la sanción, pero FIFA no cayó en la trampa y poco después disolvió la Comisión Normalizadora.
Posteriormente sucedieron una serie de ilegalidades, como el nombramiento de un Comité Ejecutivo interino y una elección viciada, ya que Jorge Roldán era el único candidato que cumplía los requisitos en el momento en el que se descubrió que Gerardo Paiz presentó un finiquito que jamás extendió la Contraloría General de Cuentas, forma elegante para que les contemos que dicho documento fue falsificado, por lo que Paiz no podía participar.
Pero el TEDEFE se sacó de la manga que “no sabía que en la Fedefut no había Órgano Disciplinario”, rechazando con ello la solvencia presentada por el Lic. Roldán y desestimando también su candidatura, para convocar posteriormente a un nuevo proceso electoral en el que la única planilla era encabezada por Jorge Mario Véliz, ya que el Tribunal no aceptó la candidatura de Jorge Roldán y tampoco la de Luis Leal.
Véliz asumió el 7 de diciembre como presidente de la Fedefut, pero hasta el chiclero de la esquina sabía desde el principio que él solo era el que iba a firmar los documentos, ya que la última palabra la tendría ¡siempre! quien financió una campaña que duró más de tres años.
Ahora simplemente se han quitado las caretas.
Olvidaba contarles que la Asamblea de hoy tuvo como escenario perfecto las playas de Monterrico, con las cálidas aguas del Pacífico, sol, arena, mucha comida y abundante bebida, hospedaje de lujo y quién sabe cuántas cosas más, pero usted podrá imaginarlas.
La oportunidad también fue aprovechada para que los títeres levantaran su mano para aprobar un presupuesto de ¡más de dieciséis millones de quetzales!, sí, leyó bien: Q. 16.116,521.00, lo que garantiza que todos los engranajes federativos permanecerán bien aceitados.
Por si fuera poco, la Asamblea de la Fedefut también aprobó un nuevo Estatuto, el cual mantiene la injerencia de la CDAG, el Tribunal de Honor y el TEDEFE, todo lo cual rechaza FIFA, por lo que el siguiente paso puede ser una sanción más drástica para el futbol de Guatemala.
Pero eso no importa. Lo verdaderamente importante es que desde hoy el patrón es el flamante presidente honorario de la Fedefut.