Las recién finalizadas Eurocopa y Copa América no llenaron las expectativas, en gran medida por las razones que expliqué hace una semana, pero a ello se agregaron los escándalos y las denuncias de corrupción y favoritismo.
Ahora nos enteramos que un jugador puede defender como si fuera baloncesto, con los dos brazos abajo y separados treinta centímetros de las piernas, porque si intercepta el balón con la mano esta no es sancionable (foto), o que cinco minutos después de una jugada nos muestren las imágenes del sistema semiautomático, en el que un centímetro del botín determina un fuera de juego o medio centímetro de una rodilla produce una habilitación, pero todos sabemos que, así como de ese dibujo animado quitan a todos los demás jugadores, también pueden correr al defensa o al atacante un centímetro para adelante o uno para atrás…
También puede suceder que un jugador se pare en el balón, pero en simultáneo un defensa lo arrolle, porque eso no es penal, y así podríamos seguir enumerando ejemplos que más que dudas generaron la certidumbre de que el guion ya estaba escrito.
En el futbol cada vez hay menos credibilidad y la sensación de que todo está amañado será muy difícil de erradicar.
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Este artículo también fue publicado en la Sección de Deportes de Nuestro Diario el viernes 19 de julio.
