No me inquieta el pobre rendimiento de la Selección Nacional contra Nicaragua, porque sé que los partidos de la eliminatoria mundialista de la próxima semana los vamos a ganar, aunque los elegidos por Tena jueguen metidos entre costales.
A Dominica e Islas Vírgenes Británicas hay que vencerlos para romper la seguidilla que tenemos de partidos sin triunfo, y los marcadores deben ser abultados, sin excusa que valga.
Lo que sí preocupa es ver el desfile de jugadores a los que les están dando las gracias por aquí y por allá, no por el hecho de que se vayan, sino por la tristeza que da que ellos no hayan comprendido que tenían que irse antes de que “los fueran”, lo que les habría permitido salir por la puerta grande.
Ejemplo de ello lo está dando en estos días el alemán Toni Kroos, en la cúspide de su carrera, con un rendimiento exuberante, con todas sus condiciones intactas, pero sabiendo que si sigue es probable que ya no juegue 70 minutos, sino solo medio tiempo o quizá menos, y entonces decide dar el punto final para poner el Bernabéu a sus pies y explotar lo mucho que aún le queda en la final de la Champions League y en la Eurocopa.
Pero hay otros que no entienden que no entienden.
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Este artículo también fue publicado en la Sección de Deportes de Nuestro Diario el miércoles 29 de mayo.
Como el moño contreras verdad jaja