Antes se jugaba solo con un balón, lo que provocaba que los jugadores lo sacaran del estadio o lo tiraran hacia las gradas, en donde los aficionados se lo pasaban de uno a otro antes de devolverlo a la cancha.
También los defensas podían regresar la pelota con el pie a los porteros y estos se tiraban al suelo para abrazar el esférico y ganar unos cuantos segundos.
De estos ejemplos podemos indicar que FIFA los contrarrestó autorizando el uso de varios balones y prohibiendo que el guardameta pueda utilizar sus manos cuando se le hace un pase con el pie, pero los futbolistas se las han ingeniado para seguir con sus mañas, lo que incluye hacerse los lesionados cuando ya saben que los van a sustituir, lo que obliga a que los saquen en camilla, tirarse al suelo y retorcerse como si los hubiera aventado un trailer cuando apenas les soplaron el cuello, y no digamos el aprovechamiento descarado del protocolo de trauma craneano, en donde muy pocos de los que caen medio muertos ameritan atención, pero si se requiere ganar tiempo han aprendido muy bien cómo hacer para que entren al campo hasta las ambulancias.
Ante esto, a FIFA solo le queda implementar el tiempo efectivo de juego.
Este artículo también fue publicado en la Sección de Deportes de Nuestro Diario el miércoles 29 de noviembre.