Han pasado 27 años desde aquella trágica noche del 16 de octubre de 1996, en la que miles de aficionados asistieron a ver un partido de futbol y súbitamente se vieron inmersos en una tragedia dantesca.
Innumerables veces me he referido a las causas de aquel suceso que nunca debió pasar y, sobre todo, la impunidad en la que quedaron los responsables.
Hoy solo dedico unas breves líneas para dejar patente que, aunque el tiempo pase, los que estuvimos aquella noche en el estadio Mateo Flores tenemos el recuerdo de lo vivido y también tenemos presentes a todos y cada uno de los 84 fallecidos, los centenares de heridos y las familias que vivieron en carne propia la pérdida de un ser querido.
El tiempo pasa, pero tengan seguro que en Guatefutbol ¡NO LOS OLVIDAMOS!