El viernes 2 de junio, en la Edición 48 de la Cena de los Campeones, a la que amablemente me invitó el periodista Gustavo Velásquez, conversé un momento con el árbitro Brayan Hamed López.
El colegiado internacional me comentó cómo trabajan en el VAR, viendo imágenes que el público no ve, pero al mismo tiempo con una pantalla en la que observan lo que se está emitiendo hacia los aficionados, mientras escuchan el sonido ambiente y la reacción de los espectadores presentes en los estadios.
Yo le comenté que creo que el VAR está mal concebido, probablemente porque FIFA desea mantener al árbitro como la máxima autoridad, pero debiera ser como el Béisbol de Grandes Ligas, en donde una persona ajena a los umpires toma la decisión y san se acabó. Igual a como se hace con el ojo de halcón en el tenis y en el propio futbol en la línea de gol, o como se hace con el fuera de juego, en donde no pocas veces lo que hayan dicho los asistentes sale sobrando.
La forma como se está trabajando el VAR tiene al futbol de cabeza, por lo que el modelo a seguir es el del béisbol, con un reto de los entrenadores a lo dispuesto por los árbitros, pero con una terna en el VAR tomando una rápida decisión.
Este artículo también fue publicado en la sección de Deportes de Nuestro Diario el miércoles 7 de junio.