Cuando recién iniciaba el partido entre Alianza y FAS que decidiría a uno de los semifinalistas del futbol salvadoreño, una estampida humana provocó una lamentable tragedia con el saldo de varias personas fallecidas en el estadio Cuscatlán de San Salvador.
La primera versión que circuló fue la de aficionados afectados por el humo de la pólvora que quemaron antes del encuentro, pero luego se conoció que hubo sobreventa de boletos y, cuando un sector del estadio estaba completamente abarrotado, cerraron las puertas dejando afuera a muchos seguidores del equipo local, que reclamaban su ingreso por haber comprado su respectiva entrada.
Igual a como sucedió en Guatemala en aquella noche trágica del 16 de octubre de 1996, los aficionados comenzaron a presionar contra la puerta hasta que lograron derribarla, lo que originó que varios de ellos cayeran sobre los que ya estaban adentro, provocando la asfixia y fallecimiento de un número de personas que aún no se puede establecer con exactitud, debido a que la cantidad va subiendo conforme los cuerpos de socorro realizan su labor en el estadio Cuscatlán.
Al momento de publicarse esta información, la Policía Nacional Civil de El Salvador da cuenta de nueve fallecidos, siete hombres y dos mujeres, pero varios medios informativos, como Radio Cadena YSKL, están dando a conocer que ya son doce las personas que perdieron la vida.
Desde Guatemala manifestamos nuestra solidaridad con la Hermana República de El Salvador, confiando en que no siga subiendo el número de fallecidos y que las personas lesionadas puedan recuperarse pronto.
Deberian de enjuiciar a los que manejan el estadio por la sobreventa y por las muertes de esas personas.