GUATEMALA. “Me vacié y necesito llenarme”, fueron las palabras con las que Pep Guardiola explicó su marcha del FC Barcelona en 2012, tras la época más triunfal del equipo azulgrana.
¿Y sí Guardiola se vació, no lo hará cualquier otro entrenador? Tiempo después volvió, lejos de la Ciudad Condal, y la cosecha de títulos siguió. Pasa en el fútbol y en la vida en general.
Aclaro que no estoy comparando en lo más mínimo a Guardiola con nadie en específico.
Es el caso del técnico Willy Olivera, a quien los títulos le llegaron en Comunicaciones, pero luego también la época de vacas flacas. Y más que resultados, el funcionamiento del equipo es funesto.
No hace falta ni ver 15 minutos de un partido de Comunicaciones, para ver lo monótono y predecible que puede ser el juego. Y no sólo por lo mostrado ante Xinabajul, en casa y con todas las condiciones a su favor para ganar. Es la constante en el último año.
¡Hombre, no hay que ser un gurú del fútbol para darse cuenta!
Es la continuidad de la temporada, de una planificación inicial, no es cuestión de tiempo, ni de irresponsables cambios de algunos jugadores. Juega contra equipos peores armados e improvisados. No hay excusa.
Es tiempo para reinventarse, para dejar lo ganado atrás y centrase en lo que puede ganar. Es tiempo de funcionar y, luego, dar resultados. No hay tiempo para más.
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