En este nuevo año deseo lo mejor para todos y cada uno de ustedes, sus familias y nuestro país.
Es un nuevo ciclo, pero lo comenzamos con los viejos vicios, sobre todo por la enorme cantidad de altas y bajas de la mayoría de equipos, lo que provoca una transformación de lo que mostraron en el Apertura con lo que tendrán en el Clausura.
En el ámbito deportivo me cuesta entender lo que sucede, porque para los entrenadores es un volver a empezar en el difícil trabajo del acoplamiento de las piezas, pero en lo extradeportivo la situación es muy clara, ya que esto obedece a que en cada contratación son varios los que se salpican y es por eso que en Guatemala, en la práctica, las inscripciones están abiertas de manera permanente.
Lo ideal sería que cada plantel no tuviera más de tres cambios de jugadores, para apuntalar los sectores en los que están débiles y, fuera del período de inscripción, solamente se debiera aceptar a aquel futbolista que estaba desempleado en el momento en el que estaba abierto el libro de pases, y no a aquel que rompe un contrato en un lado para irse a otro.
Lamentablemente esto no va a ocurrir, porque ese es uno de los más jugosos negocios de nuestro futbol.
Este artículo también fue publicado en la sección de Deportes de Nuestro Diario el jueves 5 de enero.
Ilustración: Los despedidos de Achuapa