El 14 de septiembre, el alcalde y máximo dirigente del club de futbol de Mixco salió a desmentir cualquier noticia en cuanto a cambios en el cuerpo técnico, mostrando su respaldo a Julio Roberto Gómez.
Los que ya tenemos tiempo de andar en estas lides, sabemos que cuando un directivo respalda a su entrenador es casi como anunciar que ya le andan buscando sustituto. En el caso del Tiburón no fue la excepción, y el 3 de octubre quedó desvinculado de la institución.
Luego de trece fechas ya cambiaron técnico Achuapa, Malacateco, Iztapa, Santa Lucía Cotzumalguapa y Mixco, casi la mitad de los equipos afiliados a la Liga Nacional. En la mayor parte de casos fue por destitución luego de malos resultados, y en otros fue por renuncia, pero siempre confirma el trabajo de director técnico como uno de los más inestables, varias veces por su propia incompetencia, pero en otras porque los directivos quieren que hagan milagros con planteles poco competitivos.
En ese sentido, a quienes más hay que exigirles es a los entrenadores que disponen de buen recurso humano y no pueden inculcarles una idea y un estilo de juego, hacen inventos en sus alineaciones y ceden puntos frente a equipos inferiores.
Este artículo también fue publicado en la sección de Deportes de Nuestro Diario el jueves 6 de octubre.