Shanghái, 21 Ago 2020 (AFP) – Las medidas estrictas puestas en marcha contra la pandemia del nuevo coronavirus afectan también anímicamente a los futbolistas de la liga china de fútbol, enfrentados al problema de la sensación de claustrofobia en sus ‘burbujas’ sanitarias, donde deben seguir todavía seis semanas más.
Los responsables del campeonato crearon dos burbujas de confinamiento para poder arrancar la temporada de la Super League china (CSL), retrasada cinco meses debido al COVID-19.
Los 16 equipos, divididos ahora en dos grupos, están encerrados desde hace un mes en dos hoteles privatizados, uno en Suzhou y otro en Dalian. Y seguirán así hasta finales de septiembre.
La ventaja de este sistema de blindaje es poder jugar los partidos sin que haya infecciones que perturben el desarrollo del torneo. Pero la contrapartida es el aburrimiento y la sensación de encierro obligado.
Estrellas como el brasileño Oscar, el austríaco Marko Arnautovic o el belga Marouane Fellaini solo pueden salir del hotel para entrenar y jugar partidos. En ellos no se permite además la presencia de público.
Fuera de esos momentos, deben estar en el hotel y no tienen permitido el contacto físico con sus familiares y amigos.
Los entrenadores, miembros de los cuerpos técnicos, árbitros e incluso los empleados de los hoteles deben igualmente quedarse en el lugar, ‘protegidos’ del mundo exterior. Cada uno de ellos se somete además una vez por semana a test del coronavirus.
Vivir en esas condiciones, junto al esfuerzo físico de jugar dos partidos por semana a temperaturas que superan los 35 grados centígrados, resulta difícil para algunos.
«Cuando pienso en la idea de estar encerrado, entre cuatro paredes durante el próximo mes y medio, mi cabeza da vueltas, así que no lo pienso mucho», afirmó un jugador a Soccer News.
– Benítez juega al ping-pong –
«Tengo la impresión de que los jugadores no pueden soportarlo», habría explicado un dirigente de un club chino, que optó por el anonimato.
Las ‘burbujas’ están siendo una de las opciones en el deporte para poder seguir adelante. En el básquet, la NBA disputa el final de su temporada durante seis semanas en su burbuja diseñada en Disney World (Florida), pero la de la temporada regular de la liga china dura unas diez semanas.
El español Rafael Benítez, exentrenador del Liverpool y del Real Madrid, que dirige ahora al Dalian Pro, intenta aprovechar esta larga concentración a pesar de las dificultades.
«Puedes estar unos días, cinco días o una semana, pero tantos días, todos juntos en un lugar así no es fácil», reconoce el técnico español de 60 años, que pasa el tiempo discutiendo con viejos conocidos que también están en el lugar, como Fabio Cannavaro o Giovanni Van Bronckhorst, y jugando al tenis de mesa.
Cada equipo dispone de dos pisos en el hotel de Dalian donde están concentrados.
– Billar y karaoke –
La española Erica Hernández, fisioterapeuta del recién ascendido Qingdao Huanghai, encuentra la experiencia «enriquecedora». En Suzhou, donde se encuentra su formación, cada equipo tiene un edificio en el hotel Taimei Xiangguli.
«Tenemos un espacio abierto para andar, una piscina, un gimnasio», relativiza.
«Que todos los equipos estén aquí tiene grandes ventajas, como la de conocer nueva gente y nuevos profesionales, y tener la oportunidad de compartir experiencias», asegura.
La Federación China de Fútbol ha admitido que está preocupada por el bienestar mental de los jugadores.
Para pasar el tiempo, los futbolistas tienen acceso a videojuegos, a una biblioteca y a un karaoke. Algunos realizan compras en línea y los paquetes que llegan son cuidadosamente desinfectados.
Conscientes de que la soledad y el aislamiento pueden instalarse entre los jugadores, los responsables de la ‘burbuja’ de Suzhou han organizado un torneo de e-Sports y una competición de «Maestros del Billar» entre jugadores de equipos rivales.
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