Cuando la Federación canceló los torneos de Clausura creí que la Temporada 19-20 estaba finalizada, pero no fue así, ya que el desenlace de esta se desarrolla ahora en la cancha del TAS.
Todo se debe a que, mientras los equipos que lideraban las posiciones aceptaron con resignación que no se les adjudicaran los títulos, como sucedió en otros países, los que fueron condenados al descenso no se quedaron con los brazos cruzados y entablaron un litigio contra la Federación porque faltaba mucho para el final y cualquier cosa podía suceder.
En su momento comenté que la actual situación permitía una reorganización de las ligas, situando en cada una de ellas un número de equipos acorde para desarrollar un torneo sin saturar los calendarios, pero la Federación optó por descender de un plumazo a varios clubes, concediendo oportunidad de ascenso a otros que no adquirieron ese derecho en el terreno de juego.
Entre tanto, la Liga Nacional planifica un torneo con grupos de cuatro o de seis, mientras la Primera División piensa en grupos de cinco, eso sí, haciendo jugar a los equipos hasta que los futbolistas se revienten, pero nada podrán hacer hasta que el TAS diga la última palabra.
Este artículo también fue publicado en la sección de Deportes de Nuestro Diario el jueves 22 de abril.