Wellington, 26 Jun 2020 (AFP) – «Un sueño que se cumple»: hinchas y protagonistas del fútbol de Australia y Nueva Zelanda no ocultaban su alegría este viernes por la atribución de sede del Mundial de fútbol femenino de 2023 a sus países.
«No olvidaré nunca este momento», escribió en Twitter la capitana neozelandesa, Ali Riley, con una fotografía mostrando sus ojos con lágrimas de emoción.
La capitana de las Matildas (sobrenombre de la selección femenina ausraliana), Sam Kerr, publicó por su parte un vídeo de los saltos que acompañan las celebraciones de sus goles.
Jugar un Mundial en su país será «un sueño que se cumple» para ella.
«El fútbol femenino ha hecho grandes progresos. Australia y Nueva Zelanda lo llevarán todavía más alto», vaticinó.
Tim Cahill, figura del fútbol masculino de Australia, dijo estar «sin palabras».
La primera ministra neozelandesa, Jacinta Ardern, prometió que la novena edición del Mundial femenino será la mejor y que generará un «legado duradero y profundo» para su deporte «en la región Asia-Pacífico y más allá».
Ese Mundial femenino de 2023 será el primero en el hemisferio Sur y el primero con 32 equipos participantes.
El primer ministro australiano, Scott Morrison, celebró una «decisión histórica» para el deporte de la región.
«Por primera vez en la historia, australianos y neozelandeses podrán vivir la experiencia de un torneo de fútbol mundial, aquí, en nuestra casa», señaló en Twitter.
El Sydney Morning Herald presentó este resultado como «el triunfo del mérito sobre la política».
«Que una mayoría de miembros del Consejo de la FIFA, de todo el mundo, hayan votado en función del mérito permite dar brillo a una organización con la reputación manchada», escribe el diario.
La candidatura de Australia y Nueva Zelanda se impuso en la votación final a la de Colombia por 22 votos a 13.