Moscú, 18 Jun 2020 (AFP) – Seis jugadores positivos al COVID-19, un club entero en cuarentena y la equidad del campeonato ruso de fútbol se encuentra amenazada ante un calendario cargado de partidos en la reanudación, prevista a partir del viernes.
¿Jugará o no? Desde que el FK Rostov anunciara el miércoles que varios de sus futbolistas habían contraído el nuevo coronavirus, lo que provocó el aislamiento de todo el plantel y del cuerpo técnico, la pregunta agita el fútbol ruso.
El equipo debería haberse desplazado a Sochi el viernes para la reanudación del campeonato ruso, interrumpido durante tres meses por el coronavirus. Un encuentro vital para el club auriazul: cuarto con 38 puntos, un milagro vistos los graves problemas financieros de la entidad, el Rostov espera aún clasificarse para la próxima edición de la lucrativa Liga de Campeones, para lo cual debe acabar en el podio.
Pero a comienzos de junio, el presidente de la Premier League rusa, Sergey Pryadkin, fue muy claro: si un club sufre contagios y no puede jugar, se le darían los partidos por perdidos, sin posibilidad de aplazar ningún encuentro por el coronavirus.
Para el responsable, el calendario está tan apretado que justifica su intransigencia. El campeonato de Rusia, el tercer país del mundo más afectado por la pandemia con cerca de 500.000 infectados y con unos 7.500 nuevos casos diarios, es uno de los últimos en reanudarse entre aquellas ligas que fueron anuladas.
– ¿Jugar con el filial? –
En cinco semanas, hasta el 22 de julio, nueva fecha de final de la temporada, se deben disputar ocho jornadas. Después los clubes tendrán dos semanas de pausa antes del inicio de la temporada 2020-2021, programado para el 10 de agosto.
Los 14 días de cuarentena forzosa podrían llevar al FK Rostov a no poder disputar tres partidos: contra el Sochi (12º) el viernes y el Arsenal Tula (7º), dos rivales asequibles, antes de enfrentarse el 1 de julio al Krasnodar (3º), rival directo en la lucha por la ‘Champions’. Es decir, el sueño del club de jugar la máxima competición continental se desvanecería.
Al Rostov le queda otra opción: jugar con el filial. El problema, según la prensa rusa, es que la víspera de los controles que se revelaron positivos, el club organizó un partido amistoso entre el equipo profesional y los jóvenes, por lo que éstos deberían también aislarse, una situación que no ha sido precisada por la entidad.
El secretario general de la Federación Rusa de Fútbol (RFS), Alexander Alayev, dejó abierta la posibilidad de retrasar el encuentro al 19 de julio, fecha prevista para las semifinales de la Copa de Rusia.
– Excluida una anulación –
«Es la única fecha posible»», declaró durante una conferencia de prensa, criticando a la directiva del Rostov por haber sido demasiado laxa con sus jugadores, a los que habría dado «demasiada libertad».
Otro problema: el aplazamiento «sólo se puede hacer con el acuerdo de los dos clubes». Y el Sochi, que lucha por no descender, anunció en un comunicado que descarta cualquier aplazamiento y que espera al Rostov en su estadio, el viernes (17H00 GMT).
Alexander Alayev también dijo esperar que el Rostov pueda poner fin a la cuarentena sin llegar a los 14 días, lo que le permitiría jugar contra el Tula y el Krasnodar en la fecha prevista.
Los dirigentes del fútbol ruso han excluido la anulación del campeonato, convencidos de que la reanudación es la «buena decisión». Aunque varios clubes estuvieses afectados por el coronavirus en marzo, sobre todo el Lokomotiv de Moscú, no se han registrado, descontados los del Rostov, nuevos positivos en las últimas dos semanas.
Por segundo año consecutivo, el título no se le debería escapar al Zenit de San Petersburgo, que dispone de nueve puntos de ventaja sobre sus perseguidores, Lokomotiv y Krasnodar.
El equipo de San Petersburgo, liderado por el exjugador brasileño del Barcelona Malcom aspira incluso a un doblete liga-copa, algo que no sucede desde 2010.
