El fútbol de Guatemala tomará una decisión contraria a la de países de la región, en el enésimo invento de las actuales autoridades de la Fedefut.
El ente nacional cancelará el Torneo Clausura para sus ligas adscritas, sin conceder títulos, pero -en teoría- sin acatar las recomendaciones de Concacaf de congelar los ascensos y descensos, como sí lo hicieron en México, Honduras y El Salvador.
El autoritarismo es tal que se impondrá su voluntad, aún por encima de las propias ligas, que timoratas de sus dirigentes no se atreven a hacer valer sus derechos.
Dada las circunstancias de la Emergencia Sanitaria, el mérito deportivo tendrá que bailar al son de las conveniencias y, definitivamente que, faltará juego limpio en las decisiones.
Elegir a los ganadores siempre será más fácil, ¿pero a los perdedores? Cómo le explicamos a Siquinalá que aún no había perdido sus opciones y que estaba a tiro para dar pelea, que desciende. Poco o mucho, tenía posibilidades.
Las mismas posibilidades que tenía Achuapa y Marquense, que, si bien es cierto, ganaron el Apertura, no, necesariamente, habían asegurado el ascenso. De congelar seguramente habrá pérdidas, pero ningún directivo deja entrar a un aficionado con medio boleto al estadio, por ejemplificar. Es todo o nada.
Meter al baile a los líderes de la tabla acumulada, San Pedro y Sacachispas, para darle matices de deportividad parece razonable, pero suena ingenuo pensar que alargarán la temporada sólo para esperar un partido, sepan en ellos bajo qué condiciones de sanidad.
Cómo le explicamos a los aficionados de Sololá y Sansare -los dos novenos puestos- que irán al repechaje, pese a tener un partido menos que los octavos lugares y con posibilidades de alcanzarlos. Injusto por donde lo vean.
Así, sin juego limpio, por falta de unificación de criterio e igualdad de condiciones, la Fedefut se expone a que algún club que crea que sus derechos están siendo violentados, pueda, por burdo que parezca, acudir al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), para que dirima su situación e iniciar una novela más del fútbol chapín.
Este artículo es responsabilidad del autor y no necesariamente refleja la opinión de Guatefutbol.com.
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