«Nosotros lo que podamos ayudar vamos a intentar ayudar», confesó a la AFP el delantero español del club parisino Pablo Sarabia.
«Eso lo están discutiendo ahora mismo los capitanes, todo lo que podamos ayudar al PSG, al país y al mundo vamos a intentarlo», aseguró el internacional español de 27 años en una entrevista por videollamada.
«Hay negociaciones en curso. Veremos cuándo llegan a buen puerto», confirmó un dirigente parisino, contactado por la AFP. La masa salarial del gigante francés está estimada en 337 millones de euros, lo que supone más de la mitad del presupuesto.
Los jugadores de varios clubes europeos que siguen con vida en la Liga de Campeones han accedido a realizar ese esfuerzo, como los de la Juventus de Turín, el Real Madrid, o el Bayern de Múnich.
Los planteles del Atlético de Madrid y el FC Barcelona aceptaron una reducción del 70% de sus salarios mientras el estado de alarma siga en vigor.
En Francia, los dirigentes y los futbolistas de la Ligue 1 y de la Ligue 2 sellaron el martes pasado un acuerdo «invitando» a una bajada «provisional» de los salarios para preservar la tesorería de los clubes ante la crisis sanitaria, una iniciativa del sindicato de jugadores (UNFP).
En principio, los futbolistas percibirán sus fichas al final de temporada, en el momento del pago de los derechos televisivos, congelados en la actualidad por los difusores Canal+ y beIn Sports.
Esta reducción temporal, que se añade a las medidas de ahorro acometidas gracias al recurso al paro parcial instaurado por el gobierno será calculada a partir de un baremo progresivo.
Los jugadores que perciban menos de 10.000 euros en el marco del paro parcial, el 70% de su salario mensual bruto, no se verán afectados por la medida.
Por encima se establecerán cuatro franjas: 20% menos de remuneración en abril para los que ganen entre 10.000 y 20.000 euros; 30% menos para los que ganen entre 20.000 y 50.000 euros; 40% para los que sus emolumentos vayan de 50.000 a 100.000 euros; y un 50% menos para los que ganen más de 100.000 euros al mes.
Sin embargo, por el momento se trata de una simple recomendación; según el derecho laboral «no se puede obligar a nadie a adherirse», explica un dirigente de la UNFP, aunque precisó que la «gran mayoría no se opondrá» a ese acuerdo.