El portugués de 31 años, detenido en Hungría y extraditado a su país hace poco más de un año, «está ahora sometido a la medida de obligatoriedad de permanecer en su domicilio, combinado con la prohibición de acceso a internet», según un comunicado enviado a la AFP por su representante portugués Francisco Teixeira da Mota, y su socio francés William Bourdon.
Rui Pinto «ya ha abandonado los locales del establecimiento penitenciario» anexo a la sede de la policía judicial de Lisboa, informaron los abogados, precisando no obstante que seguirán reclamando ante la justicia la «libertad total» del encausado.
Rui Pinto está a la espera de ser juzgado por sabotaje informático, violación de correspondencia o extorsión agravada.
Los documentos filtrados por Rui Pinto a partir de 2015 y publicados a través de un consorcio de medios de comunicación europeos revelaron mecanismos de evasión fiscal, sospechas de fraude y de corrupción que implican a astros del fútbol y a dirigentes de clubes que dieron paso a la apertura de varios procesos judiciales en diferentes países europeos.
En base a esos documentos, la justicia de varios países (Francia, España, Bélgica y Suiza) abrieron procesos judiciales a personas vinculadas al mundo del fútbol e incluso Portugal llevó a cabo en marzo una gran operación contra los principales clubes del país y contra Jorge Mendes, uno de los agentes más influyentes y poderosos, con decenas de registros y acusaciones de fraude fiscal en el traspaso de jugadores.
En enero, Rui Pinto también reivindicó ser el filtrador de los ‘Luanda Leaks’, una fuga de 715.000 documentos comprometedores para la multimillonaria angoleña Isabel dos Santos, hija del expresidente José Eduardo dos Santos.