Los planteles de la mayoría de los 18 clubes de la primera división germana volvieron a las sesiones de entrenamiento el lunes, pero en pequeños grupos y sin contacto físico entre los jugadores para cumplir con las normas impuestas por las autoridades para contener la propagación del nuevo coronavirus.
La pandemia del COVID-19 obligó a detener la Bundesliga, como casi todos los campeonatos europeos, a mediados de marzo, disputándose el último encuentro el día 13.
La Liga Alemana de Fútbol (DFL) está en conversaciones con los clubes y con las autoridades para reanudar la competición el 2 de mayo, con estadios sin público y los hinchas confinados en un país que de momento prohíbe todos los eventos públicos.
Se espera que el 17 de abril la DFL anuncie si se puede reanudar o no la Bundesliga el primer fin de semana de mayo, lo que convertiría al campeonato germano en el primero en Europa en volver a la actividad tras el paro forzoso.
Mientras, las estrellas de la liga alemana deben adaptarse a las nuevas medidas de distanciamiento social.
El Bayern Múnich, vigente campeón y líder de la Bundesliga con cuatro puntos de ventaja sobre el segundo cuando el torneo se suspendió, fue uno de los clubes que regresó a la actividad el lunes, aunque sus jugadores se entrenaron en grupos pequeños, de cinco futbolistas como máximo, sin posibilidad de contacto físico alguno y manteniendo el metro y medio de distancia al realizar los ejercicios.
«Fue una sensación extraña el entrenarse en grupos pequeños», admite el capitán del club bávaro Manuel Neuer.
Como en otros clubes, a los jugadores del Bayern se les instó a no ducharse en las instalaciones de entrenamiento y se les entregó un tentempié en una caja para comerlo en casa.
En Wolfsburgo, los jugadores se entrenaron con guantes, pese a las temperaturas primaverales. «Por razones de higiene llevamos guantes, aunque haga 22 grados (Celsius)», explicó el delantero Maximilian Arnold.
«Por supuesto que es necesario y, además, hasta un poco divertido», añadió.
Por las medidas de distanciamiento, están prohibidos los tackles, así como los juegos de disputa del balón. «Me gustaría tacklear, pero por el momento no puedo», dijo el defensa del Hoffenheim Havard Nordtveit.
Durante las semanas de inactividad, las partidas en la PlayStation ocuparon muchas horas del tiempo de los futbolistas, algo que ahora se nota.
– Jugar con «un balón de verdad» –
«Mi dominio del balón nunca fue perfecto, pero te puedo decir que a algunos compañeros se les nota que no han entrenado con la pelota durante semanas», bromeó Nordtveit.
«Los más importante ahora es seguir trabajando nuestra forma física y estar preparados» para cuando se reanude la competición.
En la capital, el defensa del Unión Berlín Christopher Lenz se mostró feliz por volver a encontrarse a sus compañeros y «tener un balón de verdad» en el pie. «He echado de menos a los chicos. La PlayStation se convirtió en mi mejor amiga».
Después de tres semanas de entrenamientos en solitario o en grupo, pero a través de videoconferencia como hizo el Bayern, los jugadores se mostraron encantados de volver a una cancha, pese a las limitaciones por el COVID-19.
«Es un sentimiento fantástico jugar un poco al fútbol y ver otra vez a tus compañeros», destacó el delantero del Fortuna Düsseldorf Rouwen Hennings.
«Por supuesto, no puedes tacklear ni regatear, pero todo está bien regulado para el momento actual».
En Gelsenkirchen, el entrenador del Schalke David Wagner aseguró que su plantel estaba feliz de volver a la actividad. «Los preparadores físicos pueden descargar energía, pero los chicos también».
«Cualquier cosa es mejor que correr solo en el bosque», añadió el exentrenador del Huddersfield.
Entrenar en pequeños grupos ofrece, además, una ventaja extra a los técnicos. «Nadie puede esconderse», dice el entrenador del Fortuna Düsseldorf Uwe Roesler.