«Cuento firmemente con un aplazamiento del torneo», declaró el lunes el director de la DFL Christian Seifert, «parto del principio de que después del martes, las ligas nacionales tendrán mayor margen de maniobra».
«La probabilidad de que tengamos una Eurocopa perfecta este verano se mide por una cifra cercana a cero», añadió Seifert.
La Bundesliga, al igual que otros campeonatos, está pues dispuesta a presionar este martes a la UEFA, priorizando finalizar el campeonato nacional para evitar una catástrofe económica para los clubes, cuya principal fuente de ingresos son los derechos de televisión.
Si la situación sanitaria lo permite, la DFL considera reanudar lo más rápido posible la temporada a puerta cerrada, «única opción de supervivencia» para los clubes de la 1ª y 2ª categorías, según Christian Seifert.
Las dos primeras divisiones del fútbol alemán dan trabajo directamente a 56.000 personas, creando otros miles de empleos indirectos.
«Llegará un punto en el que esos clubes sin público, sin derechos de TV y sin ingresos por patrocinio verán amenazada incluso su existencia», previno el dirigente.
«Peleamos por esos miles de trabajos, no por poder pagar los salarios de los futbolistas», añadió.
Preguntado sobre una posible interrupción definitiva de la temporada, Seifert rechazó situarse en esa hipótesis: «los 36 clubes (de Bundesliga 1 y 2 reunidos este lunes en asamblea general) manifestaron hoy que esta temporada se debía jugar hasta el final».
«Nuestro mayor enemigo es el coronavirus, pero nuestro segundo mayor enemigo es la incertidumbre», admitió.
Este lunes, los clubes aceptaron por unanimidad la propuesta de la DFL de suspender el campeonato hasta el 2 de abril, un hecho inédito desde la II Guerra Mundial.