– ¿Qué margen de decisión? –
A menos de tres meses del partido inaugural del torneo (del 12 de junio al 12 de julio), la confederación europea está atrapada de manos y pies, y tendrá que sopesar lo que está en juego económicamente con las obligaciones sanitarias y deportivas.
Por una parte, existe un imperativo de salud pública, con la imposibilidad de organizar una competición futbolística en un momento en el que cualquier concentración de personas es susceptible de acentuar la propagación de la enfermedad.
Tratándose además de un torneo con un formato inédito, organizado en 12 países europeos a la vez, cuando se están volviendo a realizar controles en las fronteras e, incluso, cerrándolas.
Por otra parte, mantener la competición provocaría el enfrentamiento con las Ligas europeas, para quienes es «esencial» que los campeonatos nacionales, actualmente suspendidos, «puedan acabar esta temporada», según la asociación European Leagues.
Además, sin duda deberá concluir la Liga de Campeones, la principal fuente de ingresos de la UEFA, y la Europa League, también suspendidas en los octavos de final.
Obviamente, todas las hipótesis están encima de la mesa, empezando por el aplazamiento, pero también la posibilidad de cambiar de formato, incluso de sedes, según una fuente cercana a la instancia consultada durante el pasado fin de semana por la AFP.
«El aplazamiento de la Eurocopa un año me parece de largo le mejor solución, incluso la única», afirmó a la AFP Jacques Lambert, patrón del comité de organización de la Eurocopa-2016 celebrada en Francia. «La situación es extremadamente evolutiva y lo seguirá siendo, la UEFA no estará en una mejor situación dentro de tres semanas o un mes para decidir», añadió.
– Los principales problemas –
Primera dificultad, las ciudades organizadoras y los estadios sedes. «Hay un importante aspecto contractual. Se han firmado contratos con los estadios y la UEFA deberá confirmar si siguen estando disponibles (en una fecha futura). La cuestión es idéntica para los lugares de concentración de las selecciones, reservados desde hace dos o tres años», explica Lambert, para quien, a pesar de todo, «no hay nada insalvable a la vista de lo que hay en juego a nivel global».
Otro gran problema es el de las entradas. La UEFA se vanagloriaba hace unas semanas de haber recibido más de 28 millones de demandas de entradas para la competición prevista en 12 países de todo el continente, un récord. Seguramente tendrá que prepararse para otro récord, el de las anulaciones y, por lo tanto, los reembolsos.
«Espero anuncios de UEFA referentes a las entradas y las reservas no modificables de vuelos y hoteles», insiste Fabien Bonnel, portavoz de ‘Irrésistibles Français’, el grupo de seguidores de los Bleus.
Finalmente, la confederación europea podrá difícilmente dejar al margen a las televisiones en la toma de decisiones, que en la Eurocopa 2016 aportaron un total de 110 millones de euros por los derechos de transmisión, según las cifras publicadas por la prensa.
En cuanto a los contratos con los patrocinadores, «raramente son puntuales, sino a largo plazo, con lo que el hecho de aplazar la Eurocopa, aunque lamentable, no provocaría un sismo en el marketing», asegura Jérôme Neveu, dirigente de la agencia de mercadotecnia Advent.
– ¿Qué solución, para cuándo? –
Un aplazamiento al verano (boreal) de 2021, precisamente la fecha reservada para la Eurocopa femenina (del 7 de julio al 1 de agosto en Inglaterra), necesitaría una organización mayor para celebrar los torneos continentales en parte al mismo tiempo… e incluso el mismo lugar, ya que Londres acoge varios partidos de la competición masculina, especialmente las semifinales y la final.
Además, está previsto también en junio la Eurocopa sub-21, en Hungría y Eslovenia.
También habría que negociar con la FIFA y con su presidente Gianni Infantino, determinado lanzar en junio de 2021 la primera edición del nuevo Mundial de Clubes, con 24 equipos, en China.
En cuanto a un aplazamiento al invierno (boreal) de 2020, esto trastocaría el calendario de la temporada 2020-2021. Será difícil convencer a las Ligas nacionales, que van a sufrir enormes pérdidas financieras por esta crisis.
Finalmente, habrá que firmar la factura a pagar. «Aunque existieran contratos con las aseguradoras extremadamente sofisticados, que cubriesen un máximo de eventualidades, lo que es seguro es que las consecuencias económicas de un aplazamiento serán enormes», según Jacques Lambert, aunque puntualiza que «los ingresos de una Eurocopa son suficientemente grandes para cubrirlas».
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