Si bien River había señalado que iba a clausurar el club en prevención por la pandemia del COVID-19 (coronavirus), el plantel de Atlético Tucumán llegó al estadio normalmente para jugar, y lo mismo hizo el árbitro Germán Delfino, que constató con una escribana el cierre de las instalaciones que impidió el desarrollo del encuentro como estaba previsto.
«Es la primera vez que me pasa algo así. Llegamos como siempre al estadio, y ante esta situación de no poder ingresar se hizo el acta con la escribana. Ahora haremos un informe y luego tendremos que esperar lo que resuelva el Tribunal de Disciplina», explicó Delfino.
En este contexto, River quedó expuesto a una sanción de parte de la Superliga, y podría dársele por perdido el encuentro ante el conjunto tucumano, más la quita de otros tres puntos al cierre del certamen.
La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y la Superliga decidieron esta semana que la primera fecha de la Copa Superliga se realizara tal como estaba previsto, aunque sin la asistencia de público.
Sin embargo, River anunció el viernes por la noche que «siguiendo las sugerencias de la Organización Mundial de la Salud (…) el club permanecerá cerrado en su totalidad a partir del 14 de marzo, por tiempo indeterminado» y que «la competencia implica severos riesgos para la salud del plantel profesional y todos los involucrados en un partido oficial».
Poco después la Superliga respondió a través de un comunicado firmado por Marcelo Tinelli, presidente de San Lorenzo y vicepresidente segundo de la Superliga que «la actitud adoptada unilateralmente por un club integrante será pasible de sanciones (…) Sobre todo si las autoridades no encuentran motivos científicos para restringir la disputa de los encuentros».
Mientras el encuentro entre River y Atlético Tucumán fue cancelado por la ausencia del equipo local, en la jornada del sábado también se enfrentan Independiente y Vélez, y por la noche Godoy Cruz recibe a Boca, ambos cotejos a puertas cerradas.