«Mi familia es de allí, es muy, muy duro», explica el exinternacional de 56 años respecto a la ciudad del norte de Italia, entre las más afectadas por la enfermedad.
«Hablo todos los días con mi madre, mi hermano, mi hermana. Puedo ver a mi familia a través de Facetime, Skype o WeChat, pero no es lo mismo», lamenta Donadoni, actual entrenador del Shenzhen FC.
El exseleccionador de los Azzurri (2006-2008) no quiere dar su punto de vista sobre la reanudación de los campeonatos en Europa, paralizados por la pandemia y cuyo futuro es centro de debates: ¿anulación? ¿reanudación? En este último caso ¿cuándo y cómo?
«Ahora, la prioridad es la salud. Lo que es importante ahora, es vencer al virus. Ya hablaremos de fútbol y de deporte cuándo lo hayamos vencido», afirma.
Explica que ha comprado 15.000 máscaras para ayudar a su país, pero afirma estar desesperado al saber que van a estar bloqueadas durante diez días en Italia antes de ser distribuidas.
«Es increíble, no es posible. Es la locura porque durante ese tiempo habrá muerto seguramente más gente», dice.
«Estoy muy orgulloso de mi pueblo, de mi país, de mi ciudad. Bérgamo y Brescia están en grandes dificultades ahora. Pero el estado de ánimo, el carácter, la fuerza de esta gente son increíbles», dice el finalista del Mundial de 1994.