Líder liguero con dos puntos de ventaja sobre el Real Madrid, el técnico del Barça afronta su estreno en un Clásico en mejor posición numérica que su homólogo merengue, pero con las dudas persistentes sobre su juego.
Setién llegó al banquillo azulgrana en enero con el buen juego por bandera: «El mejor camino es jugar bien», decía en su presentación un ‘Cruyffista’ confeso, amante del toque que tanto gusta al aficionado culé.
Desde entonces, los resultados ha acompañado, pero el juego sigue generando dudas, especialmente cuando el equipo se pierde en un enorme rondo sin profundidad como fue el caso del 1-1 contra el Nápoles el martes en Liga de Campeones, en que los azulgranas no dispararon ni una sola vez a puerta en la primera parte.
– ‘Vamos creciendo’ –
«La táctica del amasamiento del partido con el control y la posesión para cansar al rival y apretar en la segunda (parte) necesita una revisión urgente», advertía el director de Mundo Deportivo, Santi Nolla, tras el partido.
«Vamos creciendo poco a poco», afirmaba la semana pasada un Setién, cuyo equipo sigue dependiendo mucho de las genialidades de Messi, máximo goleador de la Liga con 18 goles.
A favor de Setién figuran sus dos últimas victorias en el Bernabéu contra Zidane.
En la temporada 2017-2018 ganó al Real Madrid en su feudo 1-0 al frente del Betis, equipo con el que repitió hazaña la pasada temporada 2-0 en la última jornada de Liga.
Una nueva victoria el domingo, ahora con el eterno rival azulgrana de los merengues, no sólo le permitiría escaparse en Liga y borrar dudas, sino que podría despojar a Zidane de su aura de intocable y rubricar una semana negra para los blancos.
El técnico francés y su equipo sufrieron un duro golpe el miércoles al perder en cinco minutos el partido que iban ganando contra el Manchester City en la ida de octavos de final de la Champions (2-1 en el Bernabéu).
En apenas una semana, una derrota contra el Levante (1-0) le despojó del liderato liguero y el tropezón ante el Manchester City pone muy cuesta arriba el pase a cuartos de la Champions.
«Durante 3 o 4 meses, lo hicimos muy bien, con muy buenos resultados, ahora la verdad que son resultados complicados para nosotros», dijo Zidane el miércoles.
– Viejos fantasmas –
«Los fantasmas del hundimiento vivido la temporada pasada, más o menos a estas alturas de la temporada, se han presentado en la casa blanca», escribe el diario Marca, en referencia a una semana aciaga en la que los merengues fueron apeados de la Copa del Rey, de la Liga de Campeones y perdieron el Clásico liguero, que alejaba al Barça en la clasificación.
Llamado de urgencia tras esa semana negra, Zidane recuperó un equipo en barrena, lo volvió a dotar de solidez defensiva y golpeo delante hasta iniciar en tromba este 2020 ganando la Supercopa de España en enero en Yeda.
Pero, desde febrero, el equipo ha ido apagándose con desconexiones en defensa, mientras delante Karim Benzema, el goleador del equipo, parece haberse secado, aunque sigue siendo el segundo mejor artillero del campeonato español, a cinco tantos de Messi.
Para más inri, Eden Hazard, fichaje estrella de la temporada, apenas ha disputado 15 encuentros con el equipo blanco lastrado por las lesiones.
«Lo del domingo (el Clásico) es una oportunidad de cambiar esto», afirmaba Zidane tras la derrota contra el Manchester City, obligado a encontrar soluciones.
Una victoria ante los azulgrana devolvería a los merengues el liderato liguero y supondría una enorme recarga de moral y crédito para Zidane y sus jugadores para mirar con otros ojos a Mánchester.