No es secreto que los líderes del camerino de Comunicaciones forzaron en diciembre la salida de Willy Olivera, pero no sabían que llegaría de nuevo Iván Sopegno.
Tiempo atrás ya se habían encargado del argentino, con quien habían cultivado una muy buena relación hasta que se fue a dirigir a la Selección Nacional, en donde pasó más de alguna cosa que provocó un divorcio total.
Por esa razón, con el enésimo regreso de Sopegno no fue extraño que jugaran a nada, porque habrá que recordar que los éxitos de antaño se habían logrado por las individualidades más que por otras razones, y al conjugarse la ausencia de una buena preparación con la displicencia, el resultado fue el desastre del torneo actual.
Como balde de agua fría le cayó al plantel el regreso de Olivera, a quien recibieron con una patética derrota ante Achuapa, partido en el que el alineador marcó su territorio con una convocatoria poco menos que extraña.
Los blancos entran como quintos a la fase final. Por el plantel que tienen pueden competir por el título, pero tendrán que dirigirse ellos solos y confiar en que para la próxima temporada contarán con un verdadero entrenador y terminará ese ridículo reciclaje.
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Este artículo también fue publicado en la Sección de Deportes de Nuestro Diario el miércoles 24 de abril.