Cuando se decidió jugar la Temporada 20-21 y se elaboraron los reglamentos, era imposible tener previstos los contagios masivos para estipular lo que debía hacerse.
Esta laguna en las normas, de la que nadie es culpable, fue la razón para la postergación de varios partidos y dos detenciones del torneo de Apertura, lo que obligará a jugar el Clausura a toda prisa para no llevarlo más allá de la finalización de los contratos de los futbolistas, lo que ocurre generalmente el último día de mayo.
La semana pasada hice ver que no soy partidario de modificar los reglamentos sobre la marcha, por lo que no creo que la salida sea buscar una forma distinta para terminar una temporada que está llegando casi a la mitad.
Sin embargo, considero importante que para el torneo de Clausura se emita un acuerdo del Comité Ejecutivo de la Liga, respaldado por la Fedefut, en el que se haga ver que, aunque de manera involuntaria, los contagios masivos son responsabilidad de cada club y, por tanto, se les debe obligar a que se presenten a la cancha con los jugadores disponibles y completen su nómina con juveniles, evitando con ello más atrasos.
La decisión no es fácil, pero algo hay que hacer.
Este Artículo también fue publicado en la sección de Deportes de Nuestro Diario el jueves 7 de enero.