Es desafortunado que los dirigentes del futbol nacional, tanto a nivel de la Federación como de las Ligas, no comprendan que la crisis sanitaria que vive el país abrió la oportunidad para crear una nueva estructura con el número adecuado de equipos en cada división y políticas de beneficio general, como un techo financiero que obligue a que los salarios de los jugadores sean acordes a las capacidades de los clubes, con la finalidad de que estos cumplan mes a mes con sus obligaciones y termine de una vez por todas el calvario de los futbolistas que tienen que rogar para que les paguen lo que les corresponde.
En la Liga Nacional lo único rescatable es que se intentará la obtención de un patrocinio para la entidad y todos sus afiliados, pero de allí en más la reunión virtual de la semana anterior no pasó de imaginar escenarios para el inicio de la nueva temporada, aunque dejando todo intacto en cuanto al número de afiliados y sistema de competencia, lo que significa que continuaremos con un calendario saturado, muchos partidos, pocos entrenamientos y contados períodos de descanso para los jugadores.
Aún hay tiempo, pero es evidente que entre los dirigentes no existe la más mínima voluntad para por lo menos analizar el tema.
Este artículo también fue publicado en la sección de Deportes de Nuestro Diario el miércoles 3 de junio.