El equipo andaluz ha decidido recurrir a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) por causa de fuerza mayor, que permite reducir jornadas y salarios y suspender contratos, mientras dure el estado de Alarma decretado en España, que mantiene al país prácticamente paralizado.
«El ERTE afectará a un total de 254 trabajadores de la estructura deportiva y a 106 de la no deportiva de la entidad», explicó el Sevilla en un comunicado.
«Fundamentalmente se solicita la reducción de jornada laboral de una parte de la plantilla de trabajadores, suspendiendo solamente aquellos contratos vinculados directamente a actividades que no se pueden desarrollar -ni siquiera parcialmente- por el confinamiento y las restricciones decretadas por el Gobierno al declarar el estado de Alarma», precisó el club andaluz.
El ERTE en los equipos profesionales «supondrá una reducción del 70% de la jornada de técnicos y jugadores, tanto de los primeros equipos masculino y femenino, como de jugadores y técnicos de la cantera», afirmó el club, que asegura haber acordado esto con el primer equipo.
Quedarán fuera de este expediente temporal los trabajadores del Sevilla que «pueden desarrollar su labor mediante la modalidad de teletrabajo».
El Sevilla asegura haberse visto abocado a esta decisión, por la «suspensión indefinida de la Liga y de las competiciones europeas», que han «afectado sustancialmente a la actividad del club».
El equipo sevillista sigue así los pasos de otros clubes del campeonato español como Barcelona, Atlético de Madrid o Espanyol.
La propia liga española, ante la situación creada por la epidemia de coronavirus, había animado la pasada semana a los clubes a presentar ERTEs por causa de fuerza para paliar las pérdidas económicas generadas por la paralización del fútbol.
La Liga calcula que si no se volvieran a reanudar el campeonato doméstico y las competiciones europeas, los clubes españoles podrían dejar de ingresar cerca de 1.000 millones de euros.
España es uno de los países más afectados por el coronavirus con 13.798 muertos y 140.510 personas infectadas, según el último balance oficial del martes.